¿Qué es la incontinencia urinaria?
Cuando hablamos de incontinencia urinaria, nos referimos a la pérdida involuntaria de orina que puede o limita la calidad de la vida de quien la sufre.
Aunque no lo creamos este es un problema común que afecta a muchas personas sobretodo es más común en mujeres. ¿Por qué es así? Por nuestra propia anatomía que ya de por sí es más “sensible “ a cambios , y que sumado a factores de riesgo como el embarazo, el parto, menopausia, deportes de impacto, malos hábitos higiénico-posturales, acentúan esta sintomatología.
Podemos clasificar la incontinencia en tres tipos:
- Incontinencia por esfuerzo.
- Incontinencia de urgencia.
- Incontinencia mixta.
La incontinencia por esfuerzo es en la que las pérdidas se asocian a una tos, un estornudo, levantar un peso, etc.
La incontinencia de urgencia la definimos, como la pérdida involuntaria causada por la contracción del músculo de la vejiga, o asociada a un sonido, tocar agua… ésta a veces cursa con imperiosidad (no puedes controlar las ganas ni puedes parar el pis).
Y por último, la incontinencia mixta es una combinación de ambas. La incontinencia de esfuerzo suele ser más común en mujeres que en hombres.
Algunos síntomas de incontinencia son:
- Fuerte necesidad de orinar.
- Ir al baño más de lo habitual.
- Levantarte por la noche a orinar.
- Toser y que se escape algo (incluído unas gotas)
¿Cuáles son sus causas? ¿Por qué se debilita mi suelo pélvico?
La incontinencia por esfuerzo ocurre cuando los músculos y otros tejidos que sostienen la vejiga, como los músculos del suelo pélvico, se debilitan. La vejiga comienza a expandirse cuando se llena de orina y normalmente los músculos hacen, que ese tubito corto que expulsa la orina, permanezca cerrado y evite la fuga. Cuando nuestros músculos están débiles, cualquier esfuerzo que hagamos, ejerce presión sobre nuestros músculos abdominales y pélvicos y provocan esas pérdidas de orina.
- Embarazo y parto: La incontinencia no tiene que aparecer después del parto, puede comenzar durante el embarazo. Por supuesto, que aquellas mujeres que han tenido un parto múltiple, o con la utilización de instrumental como fórceps, bebés grandes, etc. Tienen mayor riesgo de dañar el suelo pélvico.
- Estreñimiento: El esfuerzo que se realiza, puede ejercer más presión de lo normal sobre los músculos del suelo pélvico, sobre todo cuando hay un estreñimiento crónico.
- Tos crónica: La tos repetida por asma, bronquitis o tos de personas que fuman aumentan el riesgo de sufrir prolapsos y de que aparezca la incontinencia, sobre todo si hay una mala gestión de las presiones a nivel abdominal.
- Levantamiento de peso: Realizar levantamiento de peso ejerce una presión en el suelo pélvico y puede también producir prolapsos.
- Realizar ejercicios de alto impacto: Hacer deporte de alto impacto como correr o saltar.
- Exceso de peso: El sobrepeso aumenta las pérdidas de orina y ejercen una mayor tensión sobre el suelo pélvico y la vejiga.
- Operaciones: Aquellas cirugías que involucre a los órganos reproductivos de la mujer como una histerectomía, puede dañar los músculos pélvicos y la colocación de las vísceras (se apoyan unas sobre otras como si fuera un puzzle en circunstancias normales) especialmente si se extrae el útero.
En el caso de los hombres, cuando son operados de próstata, puede ocurrir que el esfínter se debilite debido a varios factores, como por ejemplo;
- Tos crónica o estornudo.
- Obesidad.
- Fumar, ya que puede causar una tos frecuente.
- Actividades de alto impacto.
- La propia cirugía en sí
¿Cómo podemos fortalecer nuestro suelo pélvico ? ¿Cuál es el tratamiento de la incontinencia urinaria?
En primer lugar, antes de nada debemos visitar a un profesional para que nos valore y saber en qué estado están nuestro periné. El tratamiento va a depender de varios factores como el tipo de incontinencia, la edad del paciente, su historial de embarazos, operaciones, etc.
Son varias las cosas que podemos hacer para prevenir la incontinencia y fortalecer nuestro suelo pélvico:
- Tener unos hábitos adecuados para el funcionamiento vejiga.
- Beber una cantidad correcta de líquidos.
- Mantener un peso saludable.
- Evitar el estreñimiento.
- ¿Fumas? Es mejor que dejes de fumar.
- Ejercicios de suelo pélvico (por supuesto por recomendación de un especialista).
- Trabaja la postura.
- Mejorar tu faja abdominal y diafragma.
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